Género, precariedad laboral, salud y condiciones de trabajo



En el campo laboral los estudios en su mayoría son dirigidos a la fuerza laboral ejercida por los hombres, los estudios y las cifras de estadísticas como accidentabilidad, problemas de salud, mejoramiento de sueldo y salarios hacen énfasis a la población laboral masculina; pero dejan a un lado la mujer como fuerza productiva. La incursión de la mujer en las nuevas formas de trabajo está caracterizada por jornadas prolongadas, el ingreso económico es bajo independientemente de la responsabilidad que han llevado a la desigualdad e inequidad laboral. La legislación laboral en materia laboral ha tenido algunos avances en la protección de la mujer como evitar turnos de trabajo nocturnos y a la maternidad laboral pero pocos son los estudios hacia las características propias de su comportamiento físico y mental de sus capacidades a desarrollar en trabajo de alta exigencia física y sus repercusiones en la salud y la de su reproducción.Los temas que involucran a la seguridad en el trabajo, las condiciones de trabajo, las contrataciones en formas atípica o temporaria, las cotizaciones para una seguridad social justa y digna están lejos de una solución en el campo laboral.

INTRODUCCIÓN
Durante la II Guerra Mundial las mujeres trabajaron en fábricas debido a la falta de hombres, y las máquinas se adaptaron por razones prácticas dando inicio a la incorporación de la mujer en el mercado laboral. Ya para la época de los años setenta ochenta del pasado siglo ocurre el mayor auge de la movilización de la mujer hacia los procesos productivos en la industria.
La mujer ha transformado a través de los años de la industrialización los mercados de trabajo, han conseguido obtener oportunidades y en cierta forma una autonomía económica con una transformación de los grupos familiares a consta de la incorporación de la mujer al mercado laboral. Esta agregación se ha caracterizado por algunos factores como las jornadas laborales prolongadas, el ingreso económico es bajo a pesar de empleos de altas responsabilidades, la legislación laboral en materia de género ha aportado algunos avances en la protección de la mujer y su maternidad.
Podemos afirmar que la incursión de la mujer en las nuevas formas de organización del trabajo han hecho que el tema de género y trabajo tengan repercusiones en los estudios del trabajo que ha cultivado a la mujer en el entorno de la desigualdad e inequidad laboral pero pocos son los estudios hacia las características propias de su comportamiento físico y mental de sus capacidades a desarrollar en trabajo de alta exigencia física y sus repercusiones en la salud y la de su reproducción.
Así mismo, podemos hacer referencia a los temas que involucran la seguridad en el trabajo, las condiciones de trabajo en el empleo por subcontratación en forma atípica o temporarios, los aportes para una seguridad social digna y justa así como, los diseños de puestos de trabajos favorables a la trabajadora y la de su familia.
En este trabajo se realizará una revisión de los principales factores que caracterizan el trabajo de la mujer con relación a las condiciones en la economía globalizada y sus repercusiones en el área de salud.
ASPECTOS A TOMAR EN CUENTA AL REFERIRSE A GÉNERO
Carga de trabajo y dificultades en las investigaciones según género: Cuando se menciona trabajo y su relación con género no podemos dejar de mencionar lo que significa carga de trabajo y para la agencia Europea de Salud y Seguridad La «carga de trabajo» se refiere al trabajo remunerado y al trabajo no remunerado «socialmente productivo». Esa carga de trabajo está desigualmente distribuida entre hombres y mujeres, siendo mayor la presión del trabajo no remunerado en el caso de estas últimas. Son más las mujeres que realizan un trabajo no remunerado, por lo que la carga de trabajo total para ellas es mayor de lo que se reconoce. El trabajo no remunerado que hacen las mujeres se diferencia del de los hombres en que es relativamente urgente, por ejemplo, cuidar a personas mayores o enfermas y ocuparse de los niños. [1]
Por otra parte podemos mencionar en relación a las investigaciones realizadas según género tiene algunos inconvenientes para afirmar esto se hace referencia de a reportes realizados por personal de la OIT dichos estudios en forma empírica llevados en países del tercer mundo arrojaron resultados muy controversiales en materia de género (Anker y Hein, 1985 y 1986,) por medio de cuestionarios homogéneos se entrevistaron a 423 empleadores, 2.517 trabajadoras y 803trabajadores de cinco países en desarrollo (Chipre, Ghana, India, Mauricio y Sri Lanka. A través de estos resultados del trabajo comprobó que las mujeres tenían individualmente mayores índices de absentismo, y muchos empleadores subrayaron la importancia de este factor, en promedio la diferencia entre los índices de absentismo masculino y femenino resultó ser pequeña. En cuanto a los índices de rotación laboral semejantes para mujeres y hombres. Este resultado inesperado se debe a que los hombres abandonaban su puesto de trabajo, para cambiar a otro, con la misma frecuencia que las mujeres dejaban su empleo por razones familiares. [2]
Salud, Morbilidad y trabajo doméstico según género:
En estudio realizado por Aismara Borges en trabajadoras de dos hospitales de Maracay donde se estudio la prevalencia sobre los efectos del trabajo en los trastornos del ciclo menstrual de una muestra del personal de enfermería (302 trabajadoras) ha permitido realizar una serie de reflexiones sobre las dificultades confrontadas y los logros obtenidos, al investigar con el rigor científico establecido por el paradigma de la ciencia positivista y los principios metodológicos de la epidemiología, dentro del contexto de un país como el cual confronta graves problemas económicos y sociales que conllevan a que las políticas gubernamentales no dan prioridad a la investigación científica, lo cual no ocurre, con tanto impacto, en países de Norteamérica y Europa. [3]
Al referirme sobre la morbilidad de género en el área laboral, se hace referencia a un estudio mencionada por Evelyn Escalona en su artículo sobre trastornos músculo-esqueléticos y diferencias biológicas entre los sexos Paul, Sallé y Frings- Dresen (1996) realizan un estudio biomecánico que demuestra interesantes resultados sobre el efecto combinado de las modificaciones de las fuerzas y momentos que actúan sobre la articulación de la cadera, en 16 mujeres embarazadas que trabajaban de pie frente a una mesa. En este estudio encuentran que a medida que progresa el embarazo se va modificando el centro de gravedad del tronco, aumenta el peso del tronco y esto contribuye a modificar la postura de trabajo. Las trabajadoras se ven obligadas a inclinar el tronco hacia adelante hasta 11° ± 6° y tienen que elevar cada vez los brazos. Esta postura incrementa el momento y las fuerzas sobre la cadera hasta 52 Nm en la última semana del embarazo. De manera, es importante considerar las condiciones en las cuales las embarazadas realizan su trabajo porque incrementan el riesgo de lesión en las mujeres expuestas a trabajos físicos exigentes. En el caso de las alteraciones a nivel de las rodillas el estudio de Felson (1990) muestra que la edad, el sexo femenino y la obesidad tienen una fuerte asociación aunque este último factor es equivalente para ambos sexos. [4]
En estudio de investigación realizado en Nicaragua en trabajadoras pertenecientes a maquiladoras en 600 trabajadoras las temáticas de interés fueron la organización del trabajo largas jornadas, bajos salarios problemas de salud especialmente osteo- musculares, respiratorios y estés, legislación, relación madre hijo con pareja. [5]
Por otra parte, se hace referencia a las condiciones de trabajo y salud de trabajadoras de un archivo de historias médicas en el 2001 realizado por Camacho y Martínez lo encontrado fue multiplicidad de tareas y el ritmo de trabajo es percibido como intenso en el 85 % de las encuestadas, se detectan posiciones inadecuadas y bipedestación prolongada donde un 57 % se mantiene durante más de la mitad de la jornada de pie y hay una extensión de miembros inferiores por arriba de la cabeza, con levantamiento y movilización de la carga con inadecuadas condiciones de higiene y seguridad, generando fundamentalmente alteraciones músculo-esqueléticas, las cuales son referidas por el 100% de las trabajadoras con cervicalgia y lumbalgia al final de la jornada. [6]
En estudio realizado en Colombia con trabajadoras de cultivo de flores evaluaron la reducción de fecundación en mujeres expuestas a plaguicidas los resultados muestran algunas evidencias de reducción en la fecundidad en relación a exposición ocupacional y con una influencia negativa en la salud reproductiva. A sí mismo asociado a tabaquismo. [7]
En estudio realizado Cruz Flores y Noriega Mariano evaluación de salud, vida cotidiana en el ámbito domestico de una población trabajadora de una empresa farmacéutica encontrándose que solamente entre una tercera y una cuarta parte de las mujeres estudia con regularidad, practica algún deporte y se junta con amigos. Las condiciones objetivas y subjetivas, en las que interactúan los trabajadores cotidianamente, dan cuenta de las particularidades de su vida cotidiana tanto en su inserción en el proceso de trabajo asalariado como fuera de éste. En este último sentido, dos de los ámbitos imprescindibles de explorar son las actividades relacionadas con el trabajo doméstico y con el tiempo libre. La situación desigual y compleja que se ha esbozado se relaciona de manera muy clara con los problemas de salud. Los trastornos principales son los psíquicos y psicosomáticos, la fatiga y los derivados del esfuerzo físico y de las posiciones forzadas. Se encontraron asociación con las características del entorno extralaboral, sobre todo el trabajo doméstico y el cuidado de los hijos, con la aparición de enfermedades psíquicas y psicosomáticas (Díaz y Mendel, 1997; Turner y Turner, 1999). La tasa de morbilidad general de las trabajadoras se encontraron padecimientos como cefalea tensional, gastritis, úlcera péptica, cistitis y varices fueron predominantes en las mujeres, en las cuales se encontraron relacionadas con las particularidades de la vida cotidiana, ya que las mujeres son las más propensas a tener esta morbilidad. [8]
Según la última Encuesta Europea de Condiciones del Trabajo (2000) el trabajo de las mujeres es más monótono, con menos participación en la planificación, con más exigencias, más acoso psicológico y sexual, salarios inferiores, más contacto con el público, menos perspectivas de promoción, más paro y más precariedad laboral. Estas características dibujan un entorno psicosocial más adverso para ellas. Sin embargo, las políticas de salud laboral no consideran estos riesgos y continúan centrándose, como siempre, en la exposición a factores de riesgo físicos típicos de la industria y de la construcción y limitándose prácticamente a los accidentes laborales [9]
Precariedad Laboral
Desde los años ochenta se han producido importantes cambios en la organización del trabajo a escala mundial, entre ellos, la flexibilización laboral y la re- estructuración de los procesos productivos, orientados a superar la crisis de productividad que sacude la actividad económica. Estos cambios han impactado, diferencialmente el factor humano del trabajo, originando la precarización del trabajo que afecta a grandes masas de trabajadores en el mundo, con mayor énfasis en las mujeres trabajadoras, por efecto de la división sexual del trabajo. [10]
En el Reporte de la CEPAL (CEPAL, 1995). Como principal conclusión del análisis, se plantea que la pobreza afecta con mayor severidad a las mujeres, sin cuya importante contribución no es posible superar la pobreza de la región. Por lo tanto, la equidad de género –es decir, la eliminación de las desigualdades sociales entre hombres y mujeres es uno de los objetivos que deben guiar las políticas para superar la pobreza. [11]
En fuentes de la OIT sobre las tendencias mundiales de empleo del 2003, cita que la tasa de desempleo femenino en el 2003 para la América Latina y del Caribe es de 10,1 % .En la región, la tasa de desempleo de las mujeres ha sido siempre mucho mayor que la de los hombres: en 2003 fue de un 10,1 por ciento, en comparación con un 6,7 por ciento tan sólo en el caso de los hombres. En el Caribe es donde más abunda el desempleo juvenil y donde es también mayor la disparidad entre el desempleo de los jóvenes varones y el de las hembras: en 2003 era de un 32,3 por ciento en el caso de las hembras, pero de un 17,5 por ciento en el de los varones. [12]
Jornada de Trabajo
En 1998 la fundación europea para la mejora de condiciones de vida y de trabajo realizó un examen importante en las opciones del empleo del futuro a través de los 15 Estados miembros del EU y Noruega Género y Trabajo Unión Europea en estudios realizado sobre las preferencias de los horarios y tiempo trabajado entre hombres y mujeres concluyeron que las mujeres con hijos pequeños preferían la jornada de trabajo por horas y aquellas madres con hijos mayores optaban por largas jornadas La preferencia de la mujer en este estudios es de jornada laboral de 30 horas semanales en comparación con los hombres que preferían 37 horas semanales ores preferían horario completos[13]
En Europa el trabajo a tiempo parcial es una de las principales estrategias utilizadas por las mujeres para compaginar la vida laboral y la familiar. Sin embargo, si se promueve la jornada parcial solamente para las mujeres se debe prever que aumente la tasa de actividad femenina pero que se frene el reparto equitativo del trabajo remunerado y doméstico entre mujeres y hombres. Así, algunas medidas consideradas de conciliación ocupación-familia pueden reforzar situaciones de desigualdad entre ambos sexos. Además el empleo a tiempo parcial se concentra en un pequeño número de ocupaciones que comportan tareas más monótonas, con menos oportunidades para aprender y desarrollar las habilidades y peor pagadas, no sólo en términos de salario mensual sino en precio por hora. Por otro lado comporta limitaciones en el desarrollo de la carrera profesional, la reducción de la cuantía de las pensiones de jubilación y la disminución de las mujeres en la vida pública y en el ámbito de la toma de decisiones. Finalmente, en España el trabajo a tiempo parcial está claramente asociado con la temporalidad [14]
Normativa Legal
En el ámbito laboral legal las leyes y normas afectan directamente a la demanda de trabajadoras, las disposiciones de la OIT donde vetan el trabajo nocturno a mujeres referido en el convenio 1919 (núm 4); trabajo subterráneo en minas o el acarreo de cargas. Los convenios y leyes de este género se elaboraron con el afán bien intencionado de proteger a las mujeres, pero ahora muchos observadores estiman que están desfasados y que sería conveniente modificarlos. [15]
La Ley venezolana tiene artículos que resguardan el trabajo de la mujer se puede mencionar que en la Constitución Bolivariana de Venezuela en su artículo 88 garantiza igualdad de género y se reconoce el trabajo del hogar como actividad económica que crea valor agregado. [16]
En la Ley Orgánica del Trabajo en sus artículos desde el 379 al 395 contempla la protección de la maternidad, familia y protección laboral, observando que la ley protege a la mujer en algunos aspectos como lo antes mencionado, es débil en cuanto a la aplicación en la flexibilización laboral y en la otras nuevas formas de organización del trabajo como en la subcontratación, trabajadoras temporarias o trabajadores de fin de semana ya que no hay parámetros bien establecidos. [17]
Accidentabilidad en el trabajo según género:
Al revisar las cifras de accidentabilidad se observa que en estos datos reportados los hombres son con mayor frecuencia víctimas de accidentes graves, las mujeressufren durante más tiempo enfermedades o trastornos ocasionados por el trabajo. Ellos pueden morir, mientras que, en general, ellas padecen a causa del trabajo. Las investigaciones están dirigidas a estudios de puestos de alto riesgo y de seguridad en el trabajo para aquellas áreas donde el riesgo de accidentarse es mayor por lo que se inclina hacia los estudios de investigaciones generalmente sobre el hombre, todas aquellos estudios dirigidos en materia salud de las mujer trabajador son pocos y el centro desde el punto de vista económico en prioridad sobre las actividades más costosas y donde la predominancia es el hombre. [18]
DISCUSIÓN
Al referirnos a la carga de trabajo podemos afirmar que la mujer soporta carga de trabajo menor en cuanto a peso pero es durante mas tiempo que puede considerarse como un sesgo según sexo a la hora de evaluar los puestos y cargas de trabajo De esta forma, no se toma en cuenta las características propias de la individualidad del género como los ciclos menstruales, su influencia en el comportamiento, además las enfermedades relacionadas a la mujer especialmente con la esfera genital, a nivel mundial se observa que las cifras estadísticas de muerte en mujeres está relacionado con cáncer de útero y mama esto no se considera a la hora de realizar los estudios de investigación. Por otra parte, los varones reciben más formación que las mujeres en el trabajo, lo que afecta a su capacidad para trabajar con seguridad.
En la parte organizativa y en la toma de decisiones se observa en general que está dominado por los hombres, en los principales cargos gerenciales son ocupados por los hombres, las mujeres ocupa cargos subalternos y siempre bajo la tutela del hombre independientemente de sus capacidades intelectuales y su desempeño no es evaluado para elevarla en cargos mayores, por lo que se puede afirmar que hay una división sexual del trabajo que esta vigente en la organización del trabajo formal y de forma especial en los países del tercer mundo. Al referirnos a la división del trabajo según género tiene una connotación cultural ya que en la mayoría de las sociedades las mujeres trabajan y su trabajo es considerado inferior al del hombre, en aquellas sociedades donde culturalmente es aceptado el trabajo para ambos hay una segregación en el mercado laboral y en las sociedades donde hay predominancia de mujeres trabajan bajo estas condiciones.
Las cuestiones de género no están incluidas en la investigación, por ejemplo, los ciclos menstruales, características comportamentales sobre la feminidad, la maternidad y la familia, por lo que la investigación de tendencia masculina constituye la base de la actuación preventiva y es inadecuada para las mujeres. No se estudia los puestos de trabajo bajo la concepción de género se hace énfasis por el grado de peligrosidad y riesgo en el trabajo.
Por otro lado hay una falta de valoración del trabajo doméstico y su concesión de no ingreso en los hogares donde una persona se dedica de forma exclusiva a las labores domésticas y de cuidado, esto conlleva, a limitar la capacidad de medición de la pobreza, por el ingreso a los hogares, la mujer como jefa de hogar debe asumir los costos de trabajo doméstico no remunerados por lo que tiene que aumentar el tiempo de trabajo no remunerado y aumentar los gastos adicionales para cubrir este trabajo. Indirectamente repercute negativamente en el tiempo libre social, en tiempo de recreación o para el descanso que posteriormente trae efectos sobre la salud física y mental en comparación con el hombre donde utiliza su tiempo libre con grupo de amigos, familiares y un costo de dinero adicional para compartir socialmente.
Al referirse a la pobreza y género en cifras de la CEPAL nos menciona que alrededor de la mitad de las mujeres mayores de 15 años no tienen ingresos propios, mientras que cerca del 20% de los hombres se encuentran en estasituación. En 2002, el índice de feminidad de la pobreza en las zonas urbanas entre mujeres de 20 a 59 años era superior a 100 en 17 de los 18 países analizados de la región. Las mujeres rurales tenían una dependencia económica todavía mayor en todos los grupos etarios. La información disponible sobre zonas urbanas alrededor de 2002 muestra que la proporción de hogares encabezados por mujeres que se encuentran en situación de indigencia supera la de los hogares con jefatura masculina. Nueve de los 18 países analizados muestran con variable intensidad esta brecha, que en los casos de Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, República Dominicana y Venezuela supera los 5 puntos porcentuales.
Se observa que para Venezuela en el 2002 el índice de feminidad en hogares pobres en grupos etarios de 20 a 59 años es de 107,7 % y en los hogares no pobres es de 94,9 % en las zonas rurales no maneja cifras la CEPAL para este año. Podemos Agregar que al revisar las cifras de las mujeres cónyuges sin ingresos propios en hogares pobres observamos que para Venezuela en el 2002 en la zona urbana es de 67,4 % en comparación con los hogares no pobres de 67,4%, en cuanto a los hogares con jefatura femenina monoparental en el área urbana hay una tasa de 87,9% para el 2002 en comparación con 6,1% de los hogares biparentales.
En materia de salud laboral las políticas que diseñan los programas sobre la materia no incorporan la perspectiva de género a pesar que la Organización Internacional de Trabajo tiene programas que estudian y manejar el empleo digno y en equidad la mayoría de los países no consideran las recomendaciones emanadas de este organismo, desconociendo las cifras de población económicamente activa de la mujer ya que representa al 40% de la población activa mundial y, sin embargo, sus puestos de trabajo y los riesgos de salud y seguridad inherentes a éstos siguen sin ser estudiados en la gran mayoría de los casos. El medio ambiente, la seguridad y la salud ocupacional suelen considerarse como un campo de actuación propio de varones en el que las mujeres no tienen ningún papel que desempeñar. Esta perspectiva no sólo limita la capacitación de las mujeres, sino también el impulso favorable a la obtención de soluciones eficaces a los problemas planteados en el lugar de trabajo, y altera la propia naturaleza de tales soluciones.
Por otra parte, podemos afirmar que para algunos empresarios tienen en sus nóminas grupos de mujeres donde realizan actividades en las líneas de producción con horarios y actividades exigentes y la experiencia de estos es que cumplen a cabalidad sus actividades, se caracterizan por un alto grado de responsabilidad, adaptabilidad en los procesos y con un gran sentido de mejoramiento individual, su índice de ausentismo por alteraciones de salud y de accidentes en el trabajo es bajo independientemente de los problemas que aquejan a sus hijos o a ellas mismas considerándose un grupo altamente efectivo en el campo laboral. Independientemente de las oportunidades que puedan ser planteadas a la mujer en estas circunstancias para su crecimiento o surgimiento dentro de las líneas de mando.
Para finalizar se debe mantener una participación en forma integrada de los entes gubernamentales, organizaciones del trabajo con la finalidad de capacitar a los trabajadores en general en cuanto a las tareas especialmente aquellas que son llevada por la mujer a su vez buscar la participación de los organismos sindicales para valorar y constituir grupos que estudian la salud y seguridad en el trabajo de la mujer, así como el reconocimiento de la existencia de los riesgos a la salud de la mujer trabajadora en áreas formales y en los informales que conllevan a enfermedades relacionadas con el trabajo, ya que existe una brecha entre los géneros en materia de salud y seguridad que deja a las mujeres en una condición de innecesaria vulnerabilidad frente a la exposición de condiciones adversas en el trabajo.
CONCLUSIONES.
Podemos concluir que el campo laboral la evolución a través de la historia ha mostrado avances en materia de género que no termina de equipararse las condiciones de trabajo entre el hombre y la mujer trabajadora. En los países del primer mundo al igual que los del tercer mundo en materia de género persiste los desafíos de la mujer ante la jornada de trabajo prolongada, desigualdad en los cargos gerenciales, inequidad en las organizaciones, inclinación de las investigaciones en los ambientes de trabajo hacia las áreas de compromiso laboral de los hombres y no estudios de la mujer y su ambiente laboral. Hay pocas evaluaciones en materia de salud y sus afectaciones a largo plazo producidas por el trabajo, así como la seguridad en el trabajo. La precariedad laboral y el nivel de pobreza es mayor en la mujer que el hombre en cifras reportadas por institutos estadísticas para la América Latina; los índices elevados de pobreza afecta a los hogares en los cuales la mujer es el mayor aporte económico. En el entorno laboral desde el punto psicosocial está enmarcado en condiciones negativas como la no participación activa en las decisiones, mayor acoso psicológico y sexual, menos perspectivas de crecimiento personal así como, la inferioridad de sueldos y salarios. Todas estas características hacen de la materia de género en el campo laboral una gran posibilidad de evaluaciones, en la búsqueda constante de mejores perspectivas en el área de los estudios del trabajo.










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