Los sesgos cognitivos en la seguridad laboral

En el contexto de la seguridad laboral, los sesgos cognitivos pueden ser un factor importante en la ocurrencia de accidentes y lesiones, ya que ellos influyen el la percepción de los riesgos. Por ejemplo, un trabajador puede subestimar el riesgo de una tarea peligrosa si tiene un exceso de confianza en sus habilidades o si ha realizado la misma tarea muchas veces sin incidentes. Otro ejemplo es cuando un trabajador ignora las señales de advertencia o no sigue los procedimientos de seguridad establecidos debido a un sesgo de normalidad, pensando que "nunca pasa nada".

Los sesgos cognitivos son atajos mentales que nuestro cerebro utiliza para simplificar la toma de decisiones y el procesamiento de información. Estos atajos, aunque útiles en ciertas situaciones, pueden llevarnos a errores de juicio y decisiones irracionales. En otras palabras, los sesgos cognitivos son patrones sistemáticos de desviación del pensamiento racional. Son tendencias inherentes a la forma en que pensamos, que pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad y afectar nuestras decisiones.

En general, los sesgos pueden ser clasificados en diferentes categorías, como:

  1. Sesgos cognitivos (error de pensamiento): Tendencias sistemáticas a cometer errores en el proceso de pensamiento y toma de decisiones.
  2. Sesgos emocionales (reacción emocional): Tendencias sistemáticas a reaccionar de manera emocional a ciertas situaciones o estímulos.
  3. Sesgos sociales (prejuicio social): Tendencias sistemáticas a favor o en contra de ciertos grupos o individuos basadas en características como la raza, el género, la edad, la religión, etc.
  4. Sesgos culturales (prejuicio cultural): Tendencias sistemáticas a favor o en contra de ciertas prácticas, valores o creencias culturales.

Algunos de los sesgos cognitivos más comunes que pueden afectar la seguridad laboral son:

  • Sesgo de confirmación: Buscar información que confirme nuestras creencias preexistentes e ignorar la información que las contradice. Por ejemplo, un trabajador puede buscar excusas para no usar el equipo de protección personal en lugar de reconocer los riesgos de la tarea.
  • Sesgo de disponibilidad: Sobreestimar la probabilidad de eventos que son más fáciles de recordar, como accidentes recientes o noticias sobre incidentes similares. Esto puede llevar a una percepción exagerada del riesgo en ciertas situaciones. 
  • Sesgo de anclaje: Confiar demasiado en la primera información que recibimos, incluso si es irrelevante. Por ejemplo, un trabajador puede subestimar el riesgo de una tarea si la primera vez que la realizó no tuvo problemas con ella.
  • Sesgo de exceso de confianza: Sobreestimar nuestras propias habilidades y conocimientos, lo que puede llevar a tomar riesgos innecesarios. Por ejemplo, un trabajador puede pensar que es lo suficientemente hábil para realizar una tarea peligrosa sin seguir los procedimientos de seguridad.
  • Sesgo de optimismo: es una actitud inconsciente que hace referencia a un juicio equivocado de los trabajadores acerca de sí mismos lo cual hace que se perciban más capaces, menos vulnerables a los riesgos y con mayor control sobre las situaciones.
  • Sesgo de normalidad: Pensar que las cosas seguirán como siempre y subestimar la posibilidad de eventos inesperados. Por ejemplo, un trabajador puede ignorar una señal de advertencia porque "nunca ha pasado nada".
Es importante tener en cuenta que todos somos susceptibles a los sesgos cognitivos en cierta medida. Sin embargo, al ser conscientes de ellos y de cómo pueden afectar nuestras decisiones, podemos tomar medidas para mitigarlos. Algunas estrategias para reducir el impacto de los sesgos cognitivos en la seguridad laboral son:
  • Capacitación y sensibilización: Educar a los trabajadores sobre los sesgos cognitivos y cómo pueden afectar su percepción del riesgo.
  • Evaluación objetiva de riesgos: Utilizar herramientas y métodos objetivos para evaluar los riesgos en el lugar de trabajo, en lugar de confiar únicamente en la intuición o la experiencia personal.
  • Procedimientos de seguridad claros: Establecer procedimientos de seguridad claros y detallados para todas las tareas, y asegurarse de que los trabajadores los comprendan y los sigan.
  • Cultura de seguridad: Fomentar una cultura de seguridad en la que los trabajadores se sientan cómodos para informar sobre peligros y riesgos, y en la que se valoren las opiniones y sugerencias de todos.

Al tomar estas medidas, podemos reducir el impacto de los sesgos cognitivos en la seguridad laboral y crear un entorno de trabajo más seguro para todos.


Caso 1: Accidente de Chernóbil (1986)

  • Sesgo de confirmación: Los operadores de la planta nuclear creían que el reactor era seguro y no consideraron la posibilidad de un accidente grave.
  • Sesgo de disponibilidad: La falta de experiencia en situaciones de emergencia hizo que los operadores subestimaran la gravedad de la situación.
  • Resultado: El accidente de Chernóbil fue el peor accidente nuclear de la historia, con consecuencias devastadoras para el medio ambiente y la salud humana.

Caso 2: Accidente del Transbordador Espacial Challenger (1986)

  • Sesgo de confirmación: Los ingenieros de la NASA creían que los sellos de goma utilizados en los cohetes eran seguros, a pesar de las advertencias de algunos expertos.
  • Sesgo de anclaje: La decisión de lanzar el transbordador se basó en la experiencia previa de lanzamientos exitosos, en lugar de considerar las condiciones climáticas adversas.
  • Resultado: El accidente del Challenger resultó en la muerte de los siete astronautas a bordo.

Caso 3: Accidente de la planta de Fukushima Daiichi (2011)

  • Sesgo de disponibilidad: La falta de experiencia en situaciones de emergencia hizo que los operadores subestimaran la gravedad de la situación.
  • Sesgo de representatividad: Los operadores creían que la planta era segura porque había sido diseñada para resistir terremotos, pero no consideraron la posibilidad de un tsunami.
  • Resultado: El accidente de Fukushima Daiichi fue el peor accidente nuclear desde Chernóbil, con consecuencias graves para el medio ambiente y la salud humana.

Caso 4: Accidente de la mina de San José (2010)

  • Sesgo de confirmación: Los dueños de la mina creían que la mina era segura y no consideraron la posibilidad de un accidente grave.
  • Sesgo de disponibilidad: La falta de experiencia en situaciones de emergencia hizo que los mineros subestimaran la gravedad de la situación.
  • Resultado: El accidente de la mina de San José resultó en la muerte de 33 mineros.

Caso 5: Accidente del vuelo 801 de Korean Air (1997)

  • Sesgo de anclaje: La tripulación creía que el vuelo era seguro porque habían realizado el mismo vuelo muchas veces antes.
  • Sesgo de disponibilidad: La falta de experiencia en situaciones de emergencia hizo que la tripulación subestimara la gravedad de la situación.
  • Resultado: El accidente del vuelo 801 de Korean Air resultó en la muerte de 228 personas.

En cada uno de estos casos, los sesgos cognitivos influyeron en la toma de decisiones y contribuyeron a la ocurrencia de los accidentes. Es importante reconocer y gestionar estos sesgos para prevenir accidentes y mejorar la seguridad en el lugar de trabajo.

https://drive.google.com/file/d/1rsJUkeDpOWL3HyJL1G-7gLmzvUHdxm8_/view?usp=drive_link

https://drive.google.com/file/d/1R7uMJ3tG8Bcce3nTCVwqqdBcEoen8l_E/view?usp=sharing


Comentarios

Entradas populares de este blog